viernes, 26 de agosto de 2011

Bluebird.

Estaba sentado en mi habitación. Esperando algo que sabía que era realmente improbable.
Aún así, no perdía la esperanza.
Recuerdos de un pasado no muy lejano, se abrían paso entre mi memoria.
Sabes esa sensación que tienes, cuando de repente estás pensando en algo y un recuerdo de eso mismo, pero pasado, se abre camino?
Pues eso me pasaba.
Tenía demasiadas ganas de seguir viviendo como para perderlas.
Pero entonces, me dí cuenta.
Ví, a través de la ventana, cómo la chica a la que había estado esperando durante todo un año, caminaba agarrada de la mano con otro chico.
Pero, no sé por qué, me resultó indiferente.
No se me hizo el mundo pequeño, ni mengué con él.
Ni tampoco se me apagó la luz interior.
Ni siquiera tuve la oportunidad de entablar conversación con ella.
Era un simple capricho.
Un vicio.
Pero como todos sabemos, siempre te acabas aburriendo.
Esta fue la gota que colmó el vaso.
Necesito descubrir.
Conocer.
Aunque, ahora, da lo mismo.
Y sí, puedes pensar que has roto mi corazón.
Pero no, sus pedacitos han encontrado el camino de vuelta, y ahora se han unido.
Creando un corazón incluso más fuerte y puro que el anterior.
Hasta que llegue otro capricho.
Entonces, seré más fuerte.
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